Los ciriales son una pieza
fundamental en las misas y procesiones. Durante las ceremonias
litúrgicas solemnes suelen llevar dos (uno a cada lado de la cruz) y
en ocasiones especiales como las misas papales la procesión va
precedida de siete ciriales. En las misas se utilizan en durante la
proclamación del Evangelio y durante la Consagración.
Los
ciriales
son
un signo de Cristo resucitado, por tanto son sinónimo de fiesta,
alegría y vida. Cuando los pasos salen de procesión, los ciriales
les acompañan para que todo el mundo pueda verlos y rezarles. De
este modo, los pasos simbolizan el altar y los acólitos con los
ciriales y el incienso equivalen a la zona del presbiterio.
Las colecciones cofrades ponen gran énfasis en contar con ciriales hermosos y prácticos. Algunos ciriales se elevan con una barra, llevan un platillo para recoger la cera y pueden estar enmarcados en un cristal para protegerse del viento en caso de que vayan a salir de procesión.